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#INUNDACIONES #SÚBITAS Tan peligrosas, como difíciles de predecir


Sin recibir la atención mediática de otros fenómenos severos como los ciclones tropicales y tornados, las inundaciones súbitas o repentinas pueden ocasionar daños materiales de consideración y poner en riesgo la vida humana en breve tiempo


Autor: Orfilio Peláez | orfilio@granma.cu

19 de abril de 2014

Un caso verdaderamente extremo tuvo lugar en el este de La Habana, como consecuencia de las torrenciales lluvias caídas en la noche-madrugada del 18 al 19 de junio de 1982.Foto: Cortesía del entrevistado

Sin recibir la atención mediática de otros fenómenos severos como los ciclones tropicales y tornados, las inundaciones súbitas o repentinas pueden ocasionar daños materiales de consideración y poner en riesgo la vida humana en breve tiempo.

Y aunque suelen ser más típicas en las latitudes medias, el archipiélago cubano no escapa a sus negativos impactos, sobre todo a partir de la segunda quincena de mayo con el inicio del periodo lluvioso (finaliza en octubre), y durante el transcurso del mes de junio, fundamentalmente.Según precisa el Máster en Ciencias Armando Caymares Ortiz, especialista principal y uno de los jefes de turno del Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología, estas se producen cuando tienen lugar intensas precipitaciones en un periodo relativamente corto, incluso inferior a una hora.

Por lo general son de rápido comienzo y ocurren asociadas a la presencia de sistemas de nubes convectivas (Cúmulos y Cumulonimbus) de gran desarrollo vertical, que acompañan a las tormentas eléctricas y líneas de tormentas eléctricas con lento desplazamiento o casi estacionarias.

Tales procesos tienden a originarse cuando predominan condiciones de gran inestabilidad en la atmósfera, entre ellas la existencia de un flujo de aire muy cálido y húmedo en la superficie y en los niveles más bajos de la atmósfera, y el predominio de temperaturas muy frías a cinco y seis kilómetros de altura.

Refiere el experto que en Cuba el término lluvia intensa identifica aquellos acumulados de cien milímetros o más en una localidad durante 24 horas, sin embargo para que se produzca una inundación súbita algunos autores toman de referencia la cantidad de 25 mm por hora.
Máster en Ciencias Armando Caymares, del Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteoro­logía. Foto: Silvia Diéguez

Un estudio llevado a cabo por especialistas del Instituto de Meteorología estimó que la caída promedio de 1 mm/minuto o de 60 mm en una hora es suficiente para provocar una inundación súbita en la ciudad de Baracoa, provincia de Guantánamo.

EN LA MIRILLA

Durante una reciente conferencia científica sobre el tema, impartida en la sede de la Sociedad Meteorológica de Cuba (SOMETCUBA), Caymares indicó que la magnitud de una inundación súbita depende de múltiples factores vinculados con las características físico-geográficas del entorno (textura del suelo, mal drenaje, presencia cercana de ríos y arroyos, densidad de la cubierta vegetal, nivel de estancamiento de las aguas, si es un lugar bajo, modificaciones hechas al terreno que reducen la capacidad de absorber el agua con suficiente celeridad), y las condiciones atmosféricas prevalecientes.

Estas últimas comprenden la intensidad y duración de la lluvia, el movimiento de traslación del sistema que la genera (mientras más lento sea la magnitud tiende a ser mayor), y la acumulación de indicadores muy elevados de humedad, capaces de incentivar la caída de grandes volúmenes de agua sobre una localidad específica.

Teniendo en cuenta la rapidez que muestran dichos eventos en su desarrollo (a veces de tan solo unos minutos) y la imposibilidad de los actuales modelos de poder determinar en qué momento, dónde, cuánto precipitará y por qué tiempo, la predicción de las lluvias intensas repentinas se hace extremadamente difícil, y con ello la posibilidad de vaticinar anticipadamente la probable ocurrencia de inundaciones súbitas, aseveró Caymares.

Dijo que una de las principales herramientas para el pronóstico a muy corto plazo lo es el radar meteorológico, pues mediante la interpretación de las secuencias animadas puede seguirse el movimiento y evolución de los sistemas generadores de grandes precipitaciones, ya sean de gran o pequeña escala.

Pero los cambios en la estructura nubosa ocurren tan de prisa, que en no pocas ocasiones mientras se confecciona el aviso especial a partir de los datos recibidos para pasarlo de inmediato por la radio o la televisión, la copiosa lluvia sorprende a los lugares afectados sin dar tiempo a prepararse.

La peligrosidad de las inundaciones súbitas radica en la fuerza demoledora de los torrentes de agua que arrastran a gran velocidad palos, troncos de árboles, fango, gomas y cuanto objeto encuentran a su paso, pudiendo ocasionar severos daños materiales y pérdidas humanas.

En los Estados Unidos, por ejemplo, el 53 % de los fallecidos anualmente como promedio a causa del citado fenómeno corresponde a personas que la violenta corriente les impidió salir de sus automóviles y perecieron dentro de estos.

Uno de los reportes más célebres a nivel mundial acaeció en el camping Las Nieves, en Aragón, España, cuando el 7 de agosto de 1996 precipitaron allí más de cien milímetros en solo dos horas, dando lugar a una inundación repentina sumamente notable, que devastó el sitio. Hubo 87 muertos y 183 heridos.

CASOS EN CUBA

Como plantea Caymares, nuestro archipiélago registra notorios ejemplos de eventos de tal naturaleza. Así sucedió en la noche-madrugada del 18 al 19 de junio de 1982 en zonas próximas a la costa norte y municipios del este de La Habana, donde la persistencia de un amplio sistema convectivo produjo lluvias torrenciales con acumulados de 650 milímetros en Campo Florido y 700 en Presa Bacuranao.

Los ríos Guanabo e Itabo tuvieron crecidas enormes que dejaron bajo las aguas extensas áreas urbanas aledañas, y cortaron el tráfico por la Vía Blanca. Ello condujo a la evacuación y rescate de cientos de personas, incluidos los miembros de una popular orquesta de la época, cuyo ómnibus quedó atrapado en medio de la carretera.

Otros casos de inundaciones súbitas de interés ocurrieron en diversos puntos de la capital el 23 de mayo del 2006 (en Palatino cayeron 195 mm en dos horas) y el 29 de noviembre del 2013; en la ciudad de Camagüey durante la mañana del 25 de mayo del 2005; en la de Pinar del Río, el 27 de abril del 2012; y en Guanajay, el primero de junio de ese propio año.

Caymares subrayó, además, que de manera general las peores tienen lugar en las urbes, donde junto al deficiente drenaje, las modificaciones al terreno derivadas de la actividad humana dejan pocos espacios de salida a través de los cuales pueda evacuarse con prontitud el agua.

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