Por María Julia Mayoral
Managua, 23 jun (PL) En primera plana aparece una mujer en gesto de súplica con el cuerpo encorvado sobre el pavimento: así presenta hoy el periódico La Prensa otro capítulo de manipulación contra el gobierno en Nicaragua, evalúan expertos.
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| foto de elpais.com |
Desplegada hasta mitad de página, la imagen -a todo color y sin rostro visible- lleva un título en letras negras: "Terrorismo de Estado"; pero debería leerse: terrorismo mediático, avalan criterios académicos y de profesionales en el país como William Grigsby, director de Radio La Primerísima.
Con línea editorial opuesta al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el rotativo optó por amplificar la supuesta represión oficial contra integrantes de la Unidad Nacional de Adultos Mayores (Unam), por reclamo de pensiones.
Para nada resulta un hecho aislado, pues mediante las redes sociales también buscan propalar la desinformación: en su sitio en Facebook, la publicación Hoy colocó la foto de una mujer con el rostro ensangrentado, como si fuese víctima de represión en este país centroamericano.
La imagen pertenecía a un video aparecido en Facebook sobre protestas de adultos mayores en Colombia, demostró aquí el espacio digital Juventud Presidente.
Según analizó El 19 Digital, "de esta manera, la derecha nicaragüense quedó evidenciada una vez más en sus intenciones de generar caos y desestabilización".
Teóricos y profesionales de la comunicación acumulan vasta caracterización del tema; desde esa perspectiva en marzo de 2008 sesionó en Venezuela El Encuentro Latinoamericano vs. el Terrorismo Mediático, con sede en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos.
Allí tipificaron el fenómeno como el protocolo o la acción previamente diseñada en la que se utilizan los medios de comunicación nacionales e internacionales para crear atmósferas y sembrar miedo, odio y terror en la población con el propósito de desestabilizar o derrocar gobiernos, destruir su economía y provocar confrontaciones violentas entre la población, entre otros fines.
Al decir de Grigsby, "está ocurriendo una burda manipulación política con los adultos mayores y el Seguro Social de Nicaragua", en un contexto donde prima el optimismo de los ciudadanos por la progresiva mejoría económica de las familias y las oportunidades abiertas a la nación para salir de la pobreza.
El Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) -por intermedio de su secretario general, Gustavo Porras- lamentó que opositores al FSLN usen un justo reclamo para crear descontento y confusión.
Integrantes de la Unam exigen pensión reducida, un beneficio que estableció aquí el FSLN, luego del triunfo de la revolución en 1979, y suprimido en 1994 durante el primer gobierno neoliberal de Violeta Barrios.
Esa prestación económica se concibió para quienes en sus años laborales habían cotizado al Seguro más de 250 semanas, pero sin llegar a las 750 exigidas por la ley para recibir la pensión mínima.
En estos momentos, ocho mil ancianos, sin los requisitos legales para pensión, reciben mensualmente la ayuda económica del gobierno mediante el bono solidario con diferentes cuantías, desde mil 200 córdobas (casi 50 dólares) hasta dos mil 800 (alrededor de 114 dólares), detalló Porras.
Esos ocho mil bonos representan erogaciones millonarias y los fondos provienen de aportes externos, por la solidaridad en el marco de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), precisó el director del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), Roberto López.
Si se pagara las pensiones a las personas que no cotizaron las semanas correspondientes, el INSS entraría en déficit, con futura bancarrota en apenas dos años, expuso el directivo.
"Las reservas del Instituto de las que tanto habla ahora la derecha, en el 79 (1979) se las llevó Anastasio Somoza con su gente, por lo cual el sandinismo debió arrancar desde cero con la Seguridad Social", recordó.
"Hay que ser honestos, sinceros y responsables: seguiremos pagando los bonos solidarios con los fondos del ALBA, cuando el país vaya mejorando estaremos en capacidad de cumplir con más personas", indicó.
Ante argumentos de esta índole, La Prensa resulta omisa; un vendedor de periódico bien hubiera podido pregonar este domingo: "Compren, compren uno, vean la foto y la mentira".
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