Por: Gustavo Robreño
Mientras el gobierno de Estados Unidos se pone en evidencia y exhibe la más bochornosa contradicción en cuanto a la “lucha contra el terrorismo” que dice llevar a cabo y, por otro lado, convoca sin pudor a sus socios a seguir cooperando aún más con los grupos terroristas que actúan contra Siria, cinco luchadores antiterroristas cubanos que guardan injusta prisión en ese país han dado a las autoridades del Imperio otra lección de ética, dignidad y humanismo.
Al expresar en una declaración colectiva, hecha llegar por Ramón Labañino, su solidaridad con el pueblo estadounidense ante los atentados contra el Maratón de Boston, que ocasionaron tres muertos y cerca de 180 heridos, estos Cinco Héroes cubanos sancionados a las más duras penas, que en el caso de Gerardo Hernández suman hasta dos cadenas perpetuas, no sólo dan muestras de su sensibilidad y dolor ante el sufrimiento del pueblo, totalmente ajeno y en buena parte ignorante de la patraña de que ellos fueron víctimas, y hacen visible de este modo la hipocresía y el doble rasero de las autoridades de Estados Unidos cuando se refieren falazmente a una supuesta “lucha contra el terrorismo” que dicen realizar y en lo que, por supuesto, ya nadie cree seriamente.
Posible es que, en sus inicios, algunos por confusión o desconocimiento hayan podido creer en las bondades que los grandes medios de comunicación transnacionales hayan difundido al mundo como parte de una campaña a todas luces orquestada y preconcebida con esos propósitos.
A estas alturas, mucho ha llovido. Las contradicciones son múltiples y claras, haciendo cada día más difícil para el gobierno de Estados Unidos el mantenimiento de un doble discurso desprestigiado, que está sufriendo en el Medio Oriente, y particularmente en Siria, una prueba de fuego en medio de evidencias de las que difícilmente saldrá indemne.
El caso de los cinco luchadores cubanos, secuestrados en 1998 por las autoridades estadounidenses cuando prestaban invaluable servicio a la causa antiterrorista en beneficio del pueblo de Cuba, de Estados Unidos y demás pueblos de América y del mundo, sembró desde entonces y ha confirmado posteriormente las dudas que siempre surgieron acerca de la sinceridad y limpieza del supuesto antiterrorismo de Washington, cualquiera que sea el régimen establecido en la Casa Blanca.
Los Cinco Héroes señalan en su declaración que el pueblo cubano, que conoce bien el flagelo del terrorismo por haberlo sentido en carne propia, entiende como pocos los sentimientos que hoy embargan al pueblo de Estados Unidos y por eso se solidariza y los siente como propios.
Al consignar que desde las cárceles seguirán combatiendo contra el terrorismo y la barbarie, estos cinco héroes verdaderos y consecuentes nos dejan también un mensaje que debería ser escuchado por los regentes del Imperio: “Es hora de unirnos todos y erradicar este terrible mal de nuestras sociedades. Estamos y siempre estaremos en contra del terrorismo, de todo tipo de terrorismo”.