Por: Lilliam Oviedo / Lo cierto sin censura
El pasado 30 de mayo, Luis Almagro
presentó al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos,
OEA, un informe sobre la situación política de Venezuela. Al dar a
conocer el hecho en su cuenta de Twitter, informó también que había
invocado la Carta Democrática Interamericana.
Por razones obvias, no hizo referencia en
esa publicación a la reunión que sostuvo, 17 días antes, con tres
activistas de la oposición venezolana. Se trata de Lilian Tintori,
esposa de Leopoldo López; Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledesma, y
María Corina Machado, exdiputada y dirigente de Vente Venezuela.
La reunión se produjo durante la Cumbre
Concordia, evento que tuvo lugar entre los días 12 y 13 de mayo y fue
auspiciado por el Miami Dade College, la America Societe (AS), el
Council Of The Americas y Univisión.
En abril, se había reunido con un grupo
de legisladores de la oposición, dando inicio formal a la gestión que
culminó el 20 de mayo, cuando Almagro recibió del diputado Luis Florido
la solicitud formal de la Asamblea Nacional de invocar la Carta
Democrática.
Probablemente ocurra en Santo Domingo el
próximo encuentro entre Lilian Tintori y el secretario general de la
OEA, pues se comenta que la activista opositora podría llegar a Santo
Domingo desde España, donde se encuentra de visita.
El presidente de la Asamblea Nacional de
Venezuela, Henry Ramos Allup, también pretende viajar a Santo Domingo, a
pesar de la Corte Suprema lo ha calificado como usurpador por solicitar
la intervención de la OEA.
ULTRADERECHISTAS A CORO…
En el encuentro Concordia, el
desacreditado expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, solicitó una
intervención armada contra Venezuela. Con el descaro que le es
característico, declaró que “los ejércitos de la región tendrán que
proteger a la oposición de Venezuela…”.
José María Aznar, Andrés Pastrana Arango,
Luis Alberto Lacalle, Jorge Quiroga, Sebastián Piñera y otros
expresidentes ultraderechistas participaron en la Cumbre Concordia.
¿Acaso tenía Almagro redactado el
documento (con una extensión de 132 páginas) para invocar la Carta
Democrática y buscaba consenso con los opositores venezolanos y con los
dirigentes de ultraderecha que asistieron a la cumbre Concordia? Por el
activismo que muestra, es por lo menos creíble que así fuera.
La solicitud, anulada por todos los
países, excepto Paraguay (¡Vaya si recogen la cosecha de los golpes
parlamentarios!), Almagro podría formularla de nuevo en Santo Domingo en
la reunión de la Asamblea General de la OEA.
En busca de un cambio de posición por
parte de los gobiernos entreguistas del área, el secretario general de
la OEA buscó el espaldarazo de legisladores estadounidenses. Los
demócratas Bill Nelson (de Florida), Tom Udall (de Nuevo México), y
Richard Joseph “Dick” Durbin (senador por Illinois) manifestaron su
apoyo, igual que el republicano Marco Rubio (senador por Florida), se
manifestaron de acuerdo en invocar la Carta Democrática contra
Venezuela.
Almagro, lejos de avergonzarse por coincidir con estos representantes del conservadurismo, manifiesta orgullo por ello.
EL RETO
La acción de la derecha ha creado en
Venezuela una situación de hecho, pero la respuesta a ello no puede ser
el retroceso político, sino al avance.
En los días recientes, se han emitido
solicitudes de invasión como la del expresidente asociado al
paramilitarismo Álvaro Uribe Vélez, y lamentables adhesiones a posturas
contra la Patria Grande como la del uruguayo José Mujica, por seguir
reconociendo a quien sirviera de canciller durante su gestión un
compromiso político al cual este ha renunciado.
Si la presencia de Almagro ha obnubilado a
Mujica, es importante que este analice el proyecto en sí y no el
protagonismo de una figura que en el pasado estuvo del lado del cambio
político.
Si algo hay que exigirle al presidente de
Venezuela, Nicolás Maduro, es que mueva los mecanismos de que dispone
para enfrentar a una oposición que, en su afán golpista, promueve la
violencia, pero además maltrata al pueblo, porque especula con los
precios, esconde los productos básicos y pretende aniquilar los
programas sociales dirigidos a mejorar la calidad de vida y a impulsar
la participación popular.
La acción contra esa derecha no debe
ceñirse al mantenimiento en prisión de Leopoldo López (el esposo de
Lilian Tintori, una de las contertulias favoritas de Almagro), sus
agentes han debido ser desenmascarados como especuladores, agiotistas y
aliados a oscuros sectores, porque esos elementos los definen. ¿Qué es
la Mesa de Unidad Democrática, MUD, si no la suma de los fracasados
golpistas del año 2002 y los derechistas que han descubierto cuán
rentable es asumir posiciones para obtener financiamiento desde Estados
Unidos, desde España y desde otros centros de acción imperialista?
¿CARTA DEMOCRÁTICA?
Es cierto que en el año 2002, tras el
efímero golpe de Estado contra Hugo Chávez, fue invocada la Carta
Democrática de la OEA, entre otras razones porque el empresario Pedro
Carmona Estanga disolvió el Tribunal Supremo. Pero fueron la fuerza del
liderazgo de Chávez y la efectividad de la acción popular los factores
decisivos para el fracaso del golpe.
La Carta Democrática (aprobada en Lima
justo el 11 de septiembre de 2001), es, en esencia, un documento que
otorga poderes a la OEA para imponer en la región la democracia
cosmética que auspicia el poder imperialista.
Durante la reunión en Lima, el general
Colin Powell, secretario de Estado al servicio de la Administración
Bush, recibió la noticia del derrumbe de las Torres Gemelas y pronunció
un discurso exhortando a la rápida aprobación del documento para partir
hacia su país.
“Una tragedia tremendamente terrible ha
sucedido a mi nación, pero también a todas las naciones de esta región, a
todas las naciones del mundo y a todos los que creen en la democracia.
(Los terroristas) pueden destruir edificios y matar personas —y nosotros
nos entristeceremos por estas tragedias—, pero jamás podrán matar el
espíritu democrático; no podrán destruir nuestra sociedad, ni nuestra
creencia en el sistema democrático. […] Es importante que yo me quede
aquí por algún tiempo más para ser parte del consenso en favor de esta
flamante Carta Democrática Interamericana”, dijo.
Y a seguidas añadió: “Esa es la cosa más
importante que puedo hacer antes de retornar a Washington D.C. […]
Espero que podamos adelantar en el orden del día la adopción de la
Carta, porque realmente quiero estar presente para expresar el
compromiso de Estados Unidos con la democracia en el hemisferio”.
Era de alto interés para el gobierno
encabezado por George W. Bush la aprobación de la Carta Democrática.
¡Revelador comienzo y sospechoso origen!
“El ejercicio efectivo de la democracia
representativa es la base del estado de derecho y los regímenes
constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los
Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y
profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la
ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden
constitucional”, dice en su artículo 2 el documento.
Sobre la supremacía del poder
estadounidense en la región y sobre la imposición del orden imperialista
en las instituciones que sustentan “democracia representativa”, nada
dice el texto.
Carta en mano, Almagro se suma a la
defensa de los millonarios que han sido acorralados por la fuerza
popular en sus respectivos países, y a la línea derechista de los golpes
parlamentarios. ¡Vaya si es retorcido el concepto de democracia en los
documentos doctrinarios de la derecha y la ultraderecha!
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