Sao Paulo celebraba este domingo la decimoséptima edición del masivo desfile del Orgullo Gay, con una enorme fiesta callejera. (AFP | yasuyoshi chiba) |
Sao Paulo celebró este domingo la decimoséptima edición
del masivo desfile del Orgullo Gay, con una gran fiesta callejera en la
que participó más de un millón de personas unidos contra los prejuicios
y a favor del matrimonio homosexual.
Bajo el lema "¡Para el armario nunca más!" que alude a la expresión
que señala a los homosexuales encerrados en el clóset, el masivo desfile
comenzó con más de una hora de atraso en un domingo frío y lluvioso que
no desanimó a nadie.
A lo largo un recorrido desde la céntrica avenida Paulista hasta la
plaza República, 17 carros animaron a los asistentes. En uno de ellos
cantó la célebre Daniela Mercury, que hace poco tiempo asumió
públicamente su relación con una mujer.
El gran tema del desfile de este año fue celebrar los avances
alcanzados por la comunidad gay brasileña, pero también exigir
transformaciones más profundas como una ley sobre el matrimonio civil
entre personas del mismo sexo, por ahora autorizado sólo a través de la
justicia.
"¡Viva la parada!", exclamó la ministra de Cultura Marta Suplicy,
exalcaldesa de Sao Paulo y una reconocida promotora de los derechos de
los homosexuales, presente junto a otros políticos y autoridades en el
carro que encabezaba el desfile.
"Tenemos que lograr un cambio en la Constitución para que todos
seamos ciudadanos con los mismos derechos", añadió la política en medio
de los gritos y aplausos fervorosos del público.
A mediados de mayo, la justicia brasileña determinó que las oficinas
públicas que celebran casamientos no podrán rechazar a parejas gay que
deseen casarse, a pesar de que el Congreso no ha aprobado una ley al
respecto.
La decisión fue adoptada por el Consejo Nacional de Justicia, una
institución pública que vela por la autonomía del Poder Judicial.
La unión estable de parejas homosexuales fue reconocida hace dos años
por la Corte Suprema, que les garantizó los mismos derechos que a las
heterosexuales. Hasta ahora, algunas oficinas públicas -subordinadas a
la justicia estatal- aceptaban la solicitud de casamiento de parejas
homosexuales, pero otras la negaban.
Y el Congreso, donde hay una poderosa bancada religiosa, no ha aprobado el matrimonio homosexual.
"¡Fuera el fundamentalismo religioso!", clamó de su lado el diputado
federal Jean Wyllys - también desde lo alto de la carroza -, un
activista gay que promueve una reforma constitucional para garantizar
por ley el matrimonio civil homosexual en Brasil.
Su frase aludía al polémico pastor evangélico y diputado Marco
Feliciano, presidente de la comisión de Derechos Humanos de la cámara,
quien ha sido fuertemente criticado por homófobo.
Algunas de las carrozas y también los participantes de la parada
portaron carteles contra este legislador, que ha impulsado un proyecto
para una "cura gay" a través de tratamiento psicológico.
"Besos, Feliciano, ahora me puedo casar", decía la enorme pancarta que cargaban unos jóvenes.
"Estoy soltero, pero cuando me enamore me quiero casar y tener los
mismos derechos que las parejas heterosexuales", comentó a la AFP Israel
Menezes, un joven gay de 24 años que bailaba junto a un grupo de amigos
durante el desfile.
Diablos, angelitos, marineros, policías, bomberos, monjas y reinas de
cuento: la variedad de disfraces era amplia entre los participantes,
donde también figuraban muchísimos adultos, caminando al ritmo de la
música en grupo o solitarios.
La parada gay de Sao Paulo es considerada una de las mayores del
mundo. En esta edición participó 1,5 millones de personas según la
policía, mientras los organizadores esperaban convocar entre tres y
cuatro millones.
Unos dos mil policías resguardaron el desfile, para que el que se
realizaron desvíos y cortes en el tránsito. Un millar más de guardias
reforzó la seguridad.
Sao Paulo celebraba este domingo la decimoséptima edición del masivo desfile del Orgullo Gay, con una enorme fiesta callejera.